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miércoles, 27 de abril de 2016

La Quinta de Torre Arias (ya está abierto al público)

AVISO: nos complace comunicaros que, por fin, tras años de intensa lucha vecinal, la ciudad de Madrid ha conseguido que la Quinta de Torre Arias haya sido abierta al público definitivamente. 

 

Introducción

  Por todo el mundo hay un patrimonio natural interminable. Un patrimonio al que casi todos somos ajenos. Una serie de maravillas que no conocemos, unas veces por falta de ganas, otras veces por la más pura imposibilidad de acceder a las mismas. Pues bien, hace poco tiempo hemos descubierto una de estas maravillas, situada próxima al corazón de Madrid, en plena calle Alcalá. Hablamos de la Quinta de Torre Arias. 

   La Quinta es una joya natural y arquitectónica de entre 17 y 18 hectáreas; un oasis donde el hombre queda en conexión con aquella naturaleza que este tanto necesita; una pieza básica para cambiar el carácter comprometido del que hemos impregnado al futuro de los recursos naturales.


Paisaje de la Quinta


  El nombre de Torre Arias viene dado por sus últimos dueños. Huelga decir que la parada de Metro más cercana, Torre Arias, debe su nombre a esta finca, que está en el número  551 de la calle Alcalá.

Un poco de Historia

El Marqués de Bedmar

   La Quinta, la cual se ha ido extendiendo hasta la calle Alcalá con el paso del tiempo,  fue construida poco a poco por el I Marqués de Villamor, entre los años 1580 y 1602. Aunque después fue habitada por los Condes de Aguilar, no fue otro que el Marqués de Bedmar quien configuró la finca tal y como la conocemos en la actualidad.   Se trataba de un noble madrileño cuyo nombre real era Manuel Antonio Acuña y Dewitte. Nació en 1821 y falleció 62 años más tarde. Su hijo fue el Marqués de Escalona.   El Marqués de Bedmar fue pionero en la introducción del hierro en este país, y se cree que probablemente fue el propio Marqués quien introdujo una de las vigas de hierro más destacadas de la finca.


Viga de hierro importada por el Marqués

    Esta viga es del mismo tipo,  mismo material  y misma época que se usó para la construcción de la Torre Eiffel. La construcción con este tipo de materiales comenzó en la exposición universal de París en 1850.

  Otros personajes que pasaron por la Quinta fueron los siguientes:
II conde de Torre Arias.De Larreátegui, Cayetano Pedro Golfín de Carvajal y Colón de,
III conde de Torre Arias.  Mendoza-Rivera, María de Las Casas y
IV condesa de Torre Arias.
De Las Casas, Petra Golfín de Carvajal y
 Y Retes, Jorge de Gordón
Ágreda, Pedro Matías Golfín de Carvajal y,
VIII marquesa de Santa Marta, (1829-1871), V condesa de Torre Arias, María de la Concepción de Gordón y Golfín de Carvajal
Grande de España (1862-1936), VI conde de Torre Arias, Gentilhombre con ejercicio y servidumbre del Rey Alfonso XIII, IX marqués de Santa Marta,  Ildefonso Pérez de Guzmán el Bueno y Gordón
Muller, Ana Juliana Seebacher y
Dama de la Reina Victoria Eugenia de Battenberg, María de los Dolores de Salabert y Arteaga, , VIII marquesa de la Torre de Esteban Hambrán
Gallego, Enrique Eduardo Pérez de Guzmán el Bueno y
X marqués de Santa Marta (1890-1978.) VII conde de Torre Arias, Alfonso Pérez de Guzmán el Bueno y Salabert
García-Moreno, Alicia Muguerza
Urquijo, María Belén Ortiz
I condesa de Torre Arias, María Francisca Colón de Larreátegui y Ximénez de Embún
Duque de Tamames, IX conde de Torre Arias José Luis Mesía y Figueroa



Invernadero Antiguo


Su Última Propietaria

   Se trataba de una introvertida aristócrata cuyos actos trascendieron muy poco, y cuya vida social era, por lo tanto, prácticamente nula. Antes de su muerte creó una fundación con su propio nombre, con la que intentaba fomentar el empleo entre la juventud, fomentar el papel de la mujer y acercar al hombre a la naturaleza.


Doña Tatiana y su Marido

   Su marido fue un científico cuyo nombre era Julio Peláez Avendaño. Fue él quien le inculcó la devoción por la naturaleza. Existen muy pocas fotos de la citada aristócrata que, según ciertos medios, era descendiente de Cristóbal Colón.

    Doña Tatiana no permitió jamás que entrase a su hogar ningún estudioso ni fotógrafo, por importante que este fuera. No importaba que fuera ni tan siquiera alguien tan importante como el estudioso de las Quintas de recreo Miguel Lasso de la Vega, quien solo pudo realizar sus estudios en base a investigaciones hechas en bibliotecas y documentos públicos, así como fotografías que él realizó por encima del muro que separaba a la aristócrata de sus vecinos. 

   Una muestra más del carácter introvertido de Doña Tatiana es que mandó plantar cedros a lo largo de sus intramuros con el fin de aislarse del resto del vecindario. Hace poco tiempo, la arboleda de esta Quinta sufrió un tremendo revés. Los cedros que mandó levantar Doña Tatiana sufrieron un transplante en unas condiciones tan malas que murieron absolutamente todos. Estos cedros sufrieron un intento de transplante  de una sola vez. Según los jardineros con los que tuvimos el placer de conversar, lo más apropiado hubiese sido cortar una parte de las raíces de los cedros, dejar que enraizaran sin moverlos del lugar, y después, pasado un año,  hacer lo mismo con la otra parte de las raíces. Sin embargo, los medios y las formas del transplante no fueron los adecuados, y murieron todos. El golpe asestado a estos árboles fue tal que todavía hoy se habla de ello.



  En 1986, esta Condesa llegó a un acuerdo con el entonces alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván (conocido por los madrileños como “El Viejo Profesor”), por el cual ella cedía post mortem la Quinta a cambio de una compensación económica.  Heredó el título de Condesa de Torre Arias tras la muerte de su padre (Alfonso Pérez de Guzmán el Bueno y Salabert), allá por 1977. Después de morir su marido, en 2003, asumió la gestión y dirección de todo su patrimonio. Al parecer, fue su falta de descendencia lo que le motivó a hacer dicha donación y a crear la mencionada Fundación en 2012.


Retrato de Doña Tatiana



El Palacio. Un Edificio Fantasma

   Está situado en la parte más alta de la finca y es el núcleo principal de esta. Se trata de un palacio victoriano cuadrado, del siglo XIX, de dos plantas, con un torreón en forma de almena. Tiene dos pisos con  una superficie aproximada de 26 por 26  (676 m2) cada uno. Hay quien dice que, tiempo atrás, podían verse en el mismo un vestidor de estilo persa y alcobas y  gabinetes amueblados con muy buen gusto. Según ciertas fuentes, en su día llegó a tener 14 habitaciones.


Fachada del Palacio del parque


   La torre posee un reloj parisino que se instaló en 1850. En 1877 se llevó a cabo una remodelación. Se cree que esta fue desarrollada por los arquitectos Tomás Aranguren y Eduardo Adaro, dada la similitud de la fachada del Palacio con la de la antigua Cárcel Modelo de Madrid, que fue diseñada por ellos. Actualmente no se puede visitar, debido a lo débil de su estructura.  

  Algunos trabajadores de Torre Arias piensan que se debe de hacer un uso más sensato del agua, que consiste en, entre otras cosas, no hacer uso de aguas regeneradas debido a la alta cantidad de sales que llevan. 

   Plantan sobre líneas de agua, de modo que no tienen que volver a usar agua del canal ni agua regenerada, con el consiguiente ahorro que eso conlleva. 

Encantos del Lugar

   Entre las joyas que hay en el parque, se encuentra una fuente conocida como “Fuente de la Minaya”. Se trata de una fuente que posee agua gracias a los mencionados viajes, y que se mantiene debido a que la finca se halla casi intacta. El agua es uno de los elementos más importantes de la finca, hasta el punto de que, cuando se construyó la estación de Metro de Torre Arias, el agua era uno de los principales problemas a los que se enfrentaban los constructores. El papel del agua en la zona es tan importante que los nombres de Canillejas y Canillas, zonas cercanas a la Quinta, vienen de la palabra “caño”. Probablemente se le dio estos nombres a dichas zonas debido a que en el pasado fueron abundantes en estas los pozos, lavaderos y arroyos. 

    Entre las riquezas que tienen su hábitat en la Quinta que nos ocupa, se encuentra una escultura de arcilla del artista parisino Michel-Ange Slodtz, “Diana y Endimión” (1738), por la que se ha interesado el mismísimo Museo del Louvre. Se trata de un molde de terracota previo a la escultura definitiva, que está hecha de mármol. 

 No se sabe, de momento, cuál será su destino final.

  El citado Museo está interesado tanto en conocer cómo esta escultura llegó a la Quinta como en que pueda ser vista por el público. 

Seres Vivos y el Parque

  El espacio del que estamos hablando se compone de más de 51 especies de árboles, entre los que podemos encontrar cedros, almendros, pinos y una encina de más de 300 años.  Por supuesto, el parque no está exento de esas abejas que son tan necesarias para la vida. Se trata de seres que viven en las partes altas de los árboles, los cuales, en el caso de ser frutales, ven su producción multiplicada gracias al efecto de la polinización de las abejas. Un ejemplo de estos árboles se encuentra cerca del Palacio.


Árbol con Enjambre de Abejas


   Respecto a las plagas, podemos decir que no ha habido problemas por una razón bien sencilla. Los trabajadores del parque siempre han tratado de que todo ser vivo, ya sea animal o insecto, tenga su nicho ecológico. Siempre han apostado porque haya una armonía entre todos los seres vivos que habitan el parque. Apuestan por métodos que ni matan ni favorecen a los animales. Tratan de preservar el equilibrio natural que garantiza la sostenibilidad de los ecosistemas. 

  La iniciativa de trabajar en los invernaderos fue precisamente de los jardineros de lo que, esperamos, algún dia sea un parque abierto, y no están carentes de razón. Se apuesta por la rehabilitación funcional de los invernaderos como  instalaciones de protección de los cultivos que incorporen tecnología sostenible y eficiencia energética, así como por la recuperación de las huertas productivas y ecológicas con fines sociales y educativos además de ornamentales.

Invernadero de la Quinta
    Los encargados del mantenimiento del parque insisten en el carácter social, lúdico y educativo que este debería poseer. Según ellos se trata de algo necesario para el barrio. Dicho de otro modo, se trata de que el barrio tenga unas instalaciones en las que pueda hacer actividades agrícolas, lúdicas y, hay que insistir de nuevo, educativas.

Annie Johanssen, una Benefactora

  La restauración de la casa de los guardeses, que se encuentra a la entrada de la finca, fue sufragada por Annie Johanssen. Fue una mujer que había hecho diversas donaciones con fines sociales y quedó fascinada por la belleza del lugar del que estamos hablando. Lamentó no poder hacerse cargo de los gastos de la restauración del Palacio, pero, con todo y con eso, se decidió a aportar una cantidad que permitió la restauración de una parte de la Quinta, en este caso la casa de los guardeses. Hay que tener en cuenta que, muchas veces, la restauración del patrimonio nacional depende de inversores privados, por cuanto el coste de este tipo de restauraciones es demasiado elevado como para que lo acometan instituciones públicas.



Casa de los Guardeses


Los Jardineros y Personas que Intervienen en el Parque

    Se trata de jardineros municipales que ya habían trabajado en otros parques. Fue una concejala de Izquierda Unida quien solicitó que la Quinta fuese trabajada por personal municipal. De esta manera, la Quinta es mantenida  de manera exclusiva por 11 personas. Tres de ellos son podadores y, el resto, oficiales jardineros. La gestión del parque es llevada a cabo por un técnico municipal, que es quien supervisa las labores de mantenimiento del lugar. El equipo que trabaja en el parque se muestra a favor de que la gestión de este sea realizada por personal municipal, opción que resulta –según ellos- mucho más barata que si fuera desarrollada por una empresa privada. Estas mismas personas se muestran partidarias de que se rehabilite primero todo lo relativo a los terrenos, y, por último, los edificios.   A juicio de quienes llevan a cabo labores de mantenimiento en este lugar, el parque tendría que ser abierto por partes, y de manera escalonada. Es decir, primero habría que abrir aquellas partes en las que menos cueste invertir, mientras  se está trabajando en la reconstrucción  de otras como, por ejemplo, el palacio. Desde el consistorio se prometió que se abriría el parque, y así lo han hecho. En la actualidad, el parque puede ser visitado de Lunes a



Lugar de Trabajo de los Jardineros


   Ellos quieren que la ciudadanía sea  partícipe de todas las operaciones llevadas a cabo en este precioso lugar. Son partidarios además de que los métodos de restauración y mantenimiento del parque sean acordes con lo que con el parque se quiera hacer, es decir, para ellos los medios dependen del fin al que se quiera llegar. Sin embargo, también creen que es necesario sentarse a hablar con los políticos para que Torre Arias sea sostenible, así como que haya unos técnicos comprometidos con las resoluciones acordadas por los vecinos y que estos se impliquen en el proceso.



   Madrid ha perdido a lo largo de todos estos años esa pátina de humanidad, es decir, el pueblo de Madrid ha perdido el protagonismo frente a los hechos que le incumben. Algunas personas afirman que se han levantado entre los vecinos muros que son imposibles de franquear,  y que la Quinta que nos ocupa puede Y DEBE  tener un carácter más social. Algunas personas piensan que se podrían hacer eventos lúdicos de carácter público dentro de esa propiedad, que la Quinta de Torre Arias podría estar a medio camino entre una Quinta de recreo (comúnmente conocidas como “parques”) y una finca agropecuaria.


Terrenos de Cultivo


   El objetivo de los trabajadores del parque no es otro que ponerla a salvo, y recuperarla poco a poco. Se muestran a favor de la rehabilitación, restauración y reapertura del palacio que se encuentra situado dentro de sus límites, medida que, por cierto, ven como una manera positiva de fomentar el turismo en la zona, con lo que ello conlleva.
Hay que mencionar que, en su día, el Ayuntamiento destinó una partida de 100.000 euros a la limpieza y desbroce de los jardines.


Terrenos de Cultivo

   Quienes mantienen este lugar creen que viejos oficios que se han ido perdiendo serían de gran utilidad en la quinta, y que sería un patrimonio cultural en cierto modo. Hay quienes abogan por el desarrollo de este lugar, porque se hagan estudios sobre sus microorganismos, sus setas (por ejemplo), y, cómo no, sus aves. Creen sobre todo en el poder de los medios de comunicación para promocionar y defender la quinta, y, en cierto modo, que estos contribuyan de manera indirecta al desarrollo de la misma. Creemos que es fundamental que la gente sienta ese lugar como suyo. En cierto modo, esta joya de la naturaleza es como una granja en la ciudad.



Vista de Torre Arias


Las Luchas vecinales

  Fueron precisamente los miembros de la junta vecinal de Canillejas quienes pararon, a golpe de protesta y denuncias en los tribunales, la cesión de la Quinta por parte del consistorio a la Universidad de Navarra, entidad con vinculaciones con el Opus Dei.  Hace poco tiempo, el Tribunal Superior de Justicia emitió un fallo por el cual se dejaba sin efecto el plan propugnado desde el consistorio, dado que ellos consideraban probado que su puesta en práctica contemplaría el derribo de varias edificaciones de la Quinta, y, por lo tanto, la pérdida irreparable de parte de nuestro patrimonio. Se está tratando de conseguir que sean los vecinos quienes decidan sobre la Quinta, y que la lucha a favor del carácter público de este lugar continúe sea cual sea el color político del Ayuntamiento.



Manifestación


Proyectos Sociales

   Hay, en la actualidad, multitud de proyectos en este parque que necesitan primordialmente de la voluntad de los vecinos para ser llevados a cabo. Entre otros podemos mencionar los siguientes: una iniciativa vinícola, poder tener abejas en su hábitat natural para observarlas, que la Quinta de Torre Arias sea un lugar donde los ciudadanos puedan aprender otros modelos de producción agrícola o ganadera, y otros  como hacer un mercadillo y un parque agrícola. Esta última propuesta viene directamente del Ayuntamiento, que ha invertido cerca de 300.000 euros en el reacondicionamiento de este sitio.


Entrada a la Quinta


    De momento, la visita a la Quinta requiere hacer una serie de trámites por teléfono. Hay que llamar al 010, y de esa manera se da el teléfono para concertar una cita. Hay que mencionar que, por el momento, solo puede ser visitada los Domingos a las 10 y a las 12, claro está, de manera guiada. Solo puede ser visitada por grupos de, como mucho, 25 personas.  Cabe recordar que su dirección es calle Alcalá 551. Se puede llegar mediante la estación de Metro de Torre Arias (línea 5) y líneas 104, 77, 150, 143 y 105 de autobús.

Vista Aérea de la Quinta
¡ATENCIÓN!

Próximamente incluiremos un vídeo sobre este hermoso lugar.

3 comentarios:

  1. Magnifico reportaje. Estamos deseando ver en marcha todas esas iniciativas en un lugar tan especial.Gracias a los vecinos y vecinas por defender lo de todos.

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  2. Estimado Dani: muchas gracias por tus comentarios y por el interés mostrado al haber leído el artículo, así como por toda la ayuda que nos brindásteis para poder llevarlo a cabo, sin la cual este artículo no hubiese sido posible. Esperamos que sirva para ayudar a conseguir vuestros deseos de que el parque sea un espacio abierto para todos. Saludos cordiales.

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  3. Gracias por este gran articulo donde has expuesto una gran visión de lo que ha ocurrido y ocurre tras esas puertas que siempre, desde pequeños esperábamos ver abiertas. Hoy hemos caminado por esta maravillosa finca y hemos sentido su historia.

    Saludos

    Ana y Víctor

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