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viernes, 2 de enero de 2015

JUSTOS ENTRE LOS ESPAÑOLES

  Queridos amigos, desde hace mucho tiempo, una institución del  Gobierno israelí llamada “Yad Vashem”  declara “Justos entre las Naciones” a todas aquellas personas gentiles que ayudaron a los judíos durante el Holocausto. Pocos, muy pocos saben la labor ejercida por personas españolas al respecto. Personas que, en la mayoría de los casos, representaban diplomáticamente a un régimen como el franquista, que oficialmente no hizo absolutamente nada por los judíos. Personas que arriesgaron sus vidas en pro de una causa tan noble como es la de proteger a aquellos que han sido injustamente perseguidos. Son los Schidler españoles, compatriotas a los que la historia les ha reconocido mal y tarde sus méritos. Gente como Miguel Giner, del que, por desgracia, no puedo incluir más datos por falta de información disponible.  Para todos ellos, este artículo mío a modo de homenaje.


Miguel Ángel de Muguiro

 Miguel Ángel de Muguiro (30 de julio de 1880 - 4 de octubre de 1954,
Madrid ) fue el embajador del Gobierno de Franco en Hungría. Siempre se opuso enérgicamente a todas las leyes dictadas en Hungría contra los judíos, Es por esto que contribuyó a salvar a muchos judíos durante el régimen pro alemán de Miklós Horthy, lo que provocó tensiones entre las autoridades españolas y húngaras.



Miguel Ángel de Muguiro



   Muguiro hizo uso de un decreto de Primo de Rivera por el cual todos los judíos descendientes de aquellos expulsados por los Reyes Católicos eran considerados ciudadanos españoles. Eran los llamados judíos sefardíes. Lo que las autoridades franquistas no recordaban era que aquella ley fue derogada en 1931, y los alemanes, claro está, tampoco lo sabían.



Miklos Horthy



   Él hizo uso de este decreto para pedir a las autoridades húngaras la protección de los judíos sefardíes. De hecho, logró salvar la vida de 500 niños judíos a los que envió a Tánger, niños que, de otro modo, habrían sido gaseados en Polonia.

   Las protestas de las autoridades húngaras ante el Gobierno español no cayeron en saco roto, por desgracia. Muguiro fue cesado fulminantemente. 


Ángel Sanz-Briz


  Ángel Sanz-Briz (Zaragoza, 28 de septiembre de 1910 – Roma, 11 de junio de1980), fue un encargado de negocios de la embajada de España en Budapest.  Salvó la vida a 5.000 judíos, actuando con independencia del Gobierno de Franco. En un principio proporcionó pasaportes a los judíos sefardíes, pero después los extendió a cualquier judío perseguido. Era conocido como “El Ángel de Budapest”.

   Ángel nació en el seno de una familia de comerciantes y militares. Al comenzar la Guerra Civil se enroló en las tropas franquistas como camionero del Cuerpo del Ejército Marroquí. Finalizada la guerra, su primer destino diplomático como encargado de negocios fue El Cairo.

   En 1942 contrajo matrimonio con Adela Quijano, y recibió su segundo destino, Hungría. Habiendo sido cesado Muguiro, Ángel se convirtió en embajador en Hungría. En 1944 Alemania invadió Hungría, y Adolph Eichmann supervisó el exterminio de los judíos. Ese año, Sanz Briz escribió a Madrid detallando las normas contra los judíos:

“-Los judíos no podrán salir de sus casas más de 2 horas diarias y solamente por razón de actividades públicas o para realizar compras.
-Queda prohibido a los judíos comunicarse por las ventanas.
-En los refugios habrá una sala para los judíos y otra separada para los vecinos, preferentemente en el lugar más seguro.
-En los tranvías los judíos solamente podrán ir en el segundo vagón.
-Se prohíbe a los vecinos albergar a los judíos.
-A los judíos se les obliga a entregar las joyas de oro y plata, los aparatos de radio, las bicicletas y los esquíes”.

Ángel Sanz-Briz



  Su modus operandi era el siguiente:  “Conseguí que el Gobierno húngaro autorizase la protección por parte de España de 200 judíos sefardíes (...) Después la labor fue relativamente fácil, las 200 unidades que me habían sido concedidas las convertí en 200 familias; y las 200 familias se multiplicaron indefinidamente, con el simple procedimiento de no expedir salvoconducto o pasaporte alguno a favor de los judíos que llevase un número superior al 200.”



Símbolo de los judíos


   La embajada de España acogió a judíos en once casas bajo su protección, es decir, once casas consideradas territorio español. De los 5.000 judíos que salvó, sólo 200 eran sefardíes en realidad.

  En 1944, Sanz-Briz envió al gobierno franquista un informe en el que se detallaban todas las atrocidades cometidas por los nazis en los campos de concentración de Auschwitz. El informe llevaba adjunta una carta que corroboraba lo que ponía en este:

“Su origen, pues, le hace sospechoso de apasionamiento. Sin embargo, por los informes que he podido obtener de personas no directamente interesadas en la cuestión y de mis colegas del cuerpo diplomático aquí acreditado, resulta que una gran parte de los hechos que en él se describen son, desgraciadamente, auténticos.”



Campo de concentración de Auschwitz


   Ángel continuó su labor hasta las vísperas en que Budapest iba a ser tomada por el Ejército Soviético. En esos momentos, él recibió la orden de trasladarse a Suiza, pero su labor fue continuada por Giorgio Perlasca, un italiano con pasaporte español que había solicitado asilo a Sanz-Briz. Perlasca se hizo pasar entonces por Jorge Perlasca (ese era el nombre que figuraba en su pasaporte español), supuesto nuevo cónsul de España, para seguir salvando vidas. Así, el salvamiento de judíos continuó hasta el 16 de Enero de 1945, día en que las tropas soviéticas tomaron Budapest. 



Giorgio Perlasca


   Sanz-Briz siguió con su carrera diplomática por distintos países como Guatemala, Perú, Estados Unidos, Bélgica y China. Murió en 1980, en Roma, mientras estaba destinado como embajador en el Vaticano. 


Eduardo Propper de Callejón

  Eduardo Propper de Callejón (Madrid-1895, Londres-1972) era de ascendencia judía. Su padre era un banquero judío de bohemia, y su madre la hija de un diplomático español. Era, además, abuelo de la actriz Helena Bonham Carter. 

Eduardo Propper de Callejón


   Era licenciado en derecho. Renunció al servicio diplomático en 1931, por estar en contra de la Segunda República. Terminada la Guerra Civil, fue destinado a París, donde ya se perseguía a los judíos. Estando ya iniciada la Segunda Guerra Mundial, Propper de Callejón hizo del castillo de Royaumont su residencia oficial. Allí fue donde salvó muchas obras de arte propiedad de la familia de su mujer y de otras personas. Hay que tener en cuenta que su mujer era judía.

   A mediados de 1940 París fue ocupada por las tropas nazis, y Propper de Callejón , al igual que sus otros colegas diplomáticos, se trasladó a la mal llamada Zona Libre, en su caso, a Burdeos. Allí se encontró con el consulado cerrado y un montón de personas agolpándose frente al mismo para cruzar la frontera y huir de los nazis. Allí, en colaboración con el cónsul portugués Arístides de Sousa Mendes, empezó a emitir visados sin descanso para que los judíos pudiesen cruzar España y llegar a Portugal. Esto lo hizo en contra de la opinión del Gobierno de Franco, que le castigaría suspendiéndole de sus funciones diplomáticas en Francia y destinándole a Larache.

  Propper nunca fue embajador, pero siguió en el cuerpo diplomático hasta 1965, año en que se jubiló. En el año 2007, Yad Vashem le otorgó el título de “Justo entre las Naciones”. 


Hermanas Touza

   La gesta de estas tres hermanas comenzó un día de principios de los años cuarenta. Ese día, Lola (la mayor de las tres hermanas), que regentaba un kiosco en la estación de tren de Ribadavia, observó como un hombre de mal aspecto veía pasar los trenes durante todo el día y no subía a ninguno. Se acercó a él y decidió socorrerlo. Fue así como empezó toda una red de ayuda a los judíos que querían pasar a Portugal, y de ahí, embarcarse en rumbo a otros destinos huyendo de la violenta Europa.  

  Ese día, Lola contactó con un barquero (Francisco Estévez) y su hijo. Les comentó que había un hombre que quería pasar la frontera con Portugal, y ellos accedieron a ayudarle. Las tres hermanas contaron para sus operaciones con la ayuda de varias personas además de las ya citadas: los taxistas José Rocha Freijedo y Javier Minguez Fernandez (El Calavera), así como la de Ricardo Pérez Prada (El Evangelista), un ex emigrante que había aprendido inglés y algo de polaco en Estados Unidos. 


Hermanas Touza


  Las hermanas Touza guardaron estricto silencio sobre estos actos a lo largo de toda su vida. Sin embargo, a mediados de los años sesenta, un hombre judío llamado Isaac Retzmann, uno de los beneficiarios de sus actos heroicos, conoció a un gallego residente en Nueva York, Amancio Vázquez, que iba a volver a Galicia a pasar las vacaciones. Entonces, le solicitó que se pusiera en contacto con las hermanas en cuestión. Esto llegó a oídos de un librero gallego, Antón Patiño Regueira que, antes de morir, plasmó la historia de las hermanas Touza en un libro llamado “Memoria de Ferro”.

  El centro Simón Peres para la Paz plantó en Jerusalén un árbol en honor de las tres hermanas, y el Centro de Estudios Medievales de Ribadavia ha solicitado que ellas sean declaradas Justas Entre las Naciones.


Sebastián Romero Radigales

   Este hombre llegó a Atenas en 1943, donde ocupó el cargo de cónsul general de España, para lo que, como el resto de sus colegas que salvaron a judíos durante la shoah, hizo uso del decreto de Primo de Rivera, del cual ya hemos hablado. Su labor provocó tensiones con el embajador de Alemania en Grecia, Günther Altenburg, quien solicitó al Gobierno español que tomase medidas al respecto. 

  Sebastián intentó salvar la vida de 517 personas. Al principio sus intentos resultaron estériles, pero finalmente logró su propósito. También trabajó para que las obras de arte de los judíos sefardíes no cayesen en manos de los nazis. 


Sebastián Romero Radigales


  Este cónsul fue declarado “Justo entre las Naciones”, y algunas fuentes afirman que salvó a 600 judíos. Según la Fundación Raoul Wallenberg “Radigales usó todos los resortes a su alcance con el fin de proteger a unos 600 judíos de origen español, obrando en contra de las instrucciones impartidas por el régimen franquista, arriesgando así su carrera diplomática". También alguien declaro en su día que “en un último intento de salvarlos de la persecución nazi, Radigales dio refugio a judíos de Atenas en un edificio que ordenó comprar oficialmente por intermedio de la legación española, otorgándoles de esta manera inmunidad diplomática".


Julio Palencia Tubau

   Este hombre fue ministro de la embajada española en Sofía. Durante su estancia en Bulgaria, el Gobierno búlgaro aprobó una nueva legislación antisemita, que afectó a 50.000 judíos. Por decisión de Adolph Eichmann los judíos búlgaros entraron en sus planes de exterminio. Ante esta situación, Palencia pidió a Madrid la intervención del Gobierno español. Además fue más allá, pidiendo permiso al Gobierno para nombrar agentes consulares allá donde más judíos había. 

Julio Palencia Tubau


  Intentó evitar la deportación de León Arie, a cuyos hijos adoptó e intentó llevarse a España. Fueron tales las tensiones con las autoridades en Bulgaria que fue declarado “persona non grata”. De este modo tuvo que volverse a Madrid, no sin haber salvado la vida de más de 600 judíos búlgaros.


José Ruiz Santaella
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   Este diplomático cordobés, casado con la alemana Carmen Schrader, fue agregado de agricultura en la embajada española en Berlín allá por 1941.  



José Ruiz Santaella y Carmen Schrader



  Desde esa fecha, Ruiz Santaella acogió en su casa a una familia judía. Tres años más tarde, este cordobés fue trasladado a Suiza y, posteriormente, a La Haya. En 1988 fue declarado “Justo entre las Naciones” por el Yad Vashem. Finalmente, murió en 1997.


Bernardo Rolland de Miota



   Según algunas fuentes, Bernardo Rolland de Miota (1890-¿?) fue Cónsul General en París desde 1939. Llevó a cabo sus acciones salvadoras en contra de la voluntad del embajador español, José Félix de Lequerica, quien no deseaba enfrentarse a las autoridades alemanas. Una vez fue aprobado el estatuto de Vichy, por el cual se discriminaba a los judíos, Rolland de Miota se concentró en salvar los bienes de estos. 

   En 1941 salvó a 14 judíos sefarditas, y, posteriormente, intentó sin éxito el traslado de 2000 judíos al Marruecos español. En esa época denunció las cada vez más duras persecuciones contra los judíos. Sin embargo, en 1942 las gestiones de Rolland tuvieron éxito y el régimen títere de Vichy no pudieron hacerse con las propiedades de los judíos. 

  Finalmente, Rolland de Miota fue homenajeado en París en 2014. Su hijo relató su gesta a la prensa en El Diario Montañés.  


Guillermo Rolland, hijo de Bernardo Rolland de Miota