Recientemente se ha estrenado en RTVE.ES un documental sobre una estrella cuya luz se apagó hace treinta años como consecuencia de esa pandemia que fue el SIDA, y que tantas vidas segó. Hablamos de la vida de Sonia Martínez, un ser humano que conoció “el cielo y el infierno”.
Este documental rememora la vida de esta malograda artista, que tanto bien hizo a los más pequeños de la casa con sus programas de televisión.
Una Vida de Película
Sonia Martínez nació en Madrid a finales de 1963, en el seno
de una familia de clase media. Si bien en un principio destacó como nadadora,
siendo una adolescente optó por abandonar los estudios. Por sugerencia de un
productor televisivo se presentó a un casting para un programa de Televisión
Española para el programa “3,2,1, Contacto”, y una vez terminadas las
grabaciones de ese programa pasó a presentar el famoso programa infantil
llamado “Dabadabadaba”. Después se sucederían los papeles en cine, hasta que se
acabó el programa antes citado.
El infierno de Sonia comenzó cuando, en 1985, su madre
enfermó de un cáncer que, con el tiempo, le causaría la muerte. Fue el primer
gran mazazo de su vida, un golpe del que, seguramente, no se recuperó nunca.
En esa época, Sonia empezó a salir de fiesta y
descontrolarse, y fue cuando probó las drogas por primera vez. Intentó casarse
con su novio de aquél entonces, pero debido a la oposición de los padres de
este no lo hizo. Se terminó su relación con él y cayó en una depresión a la que
luego acompañaría su devenir con la heroína y la cocaína.
En 1990 (al año siguiente de haberse casado con el que fue
su único marido) le fue diagnosticado una enfermedad de la que a día de hoy se
habla menos de lo que se debiera, y que, por aquél entonces tenía proporciones
de pandemia: el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, más conocido por todo
el mundo como SIDA.
Su vida iba de mal en peor. Llegó a ejercer la prostitución
en el Parque del Oeste, donde también ejercería esa famosa mujer transgénero
que fue La Veneno. En 1991 tuvo a Hugo, un hijo transgénero al que después de
nacer puso el nombre de Yaiza. Finalmente, en 1995 tuvo un fallo multiorgánico
que desembocó en el fatal desenlace.
Prohibido Olvidar
A tenor de lo que se expone en el documental, en aquella
época, España era un país que todavía se debatía (hipócritamente) entre la
tradición milenaria y la modernidad. Toda persona que tenga dos dedos de frente
pensará que un desnudo en una revista no es justificación para negarle a
alguien el trabajo, y seguramente fue así en su momento, pero algunos
ejecutivos en de un ente que (se supone) debía ser moderno y europeo no eran
modernos ni europeos, sino que seguían secretamente anclados en el pasado,
aunque pretendiesen ocultarlo. Para colmo de doble moral, uno de estos
ejecutivos formaría después parte de un despacho de abogados. A este hombre
debió de servirle de bien poco tener la carrera de “derecho”, un término del
que esta misma persona desconocía su significado por mucho que ejerciese la
abogacía. Qué paradoja tan lamentable: una persona que debía velar por el
derecho se saltó este concepto a la torera, y sin capote.
La historia de Sonia es el fiel reflejo de un país que no suplió a tiempo sus carencias en lo referente a su sociedad y su sistema sanitario. Si la psiquiatría no hubiera estado (aunque sigue así actualmente) relegada al semi-olvido, si los políticos hubiesen reaccionado a tiempo frente al problema de las drogas y del sida y si la sociedad no tuviese esa doble moral tal vez ni siquiera estaríamos hablando de un documental sobre una artista fallecida: estaríamos (a lo mejor) hablando de una artista que seguiría dando lo mejor de sí misma, o, si ella lo hubiese decidido, de una mujer que antaño fue famosa y ahora disfruta de otra etapa profesional y vital.
El Documental
Este documental está a caballo entre la emotividad por el
recuerdo de la presentadora entrañable que fue y el retrato fiel de una
juventud que, si bien nos han pintado como responsable, fue una juventud
diezmada por las drogas y el sida, que solía frecuentar puntos de venta de
droga como las Barrranquillas o la Avenida de Guadalajara en Madrid, siendo el
de las drogas un problema que, aparte de producir estragos a nivel moral,
representa –todavía en la actualidad- un gravísimo problema de seguridad que ha
vuelto a afectar a barrios enteros.
Esta pieza de algo más de una hora de duración cuenta con los testimonios de familiares de Sonia y compañeros de profesión que nos ofrecen un retrato poliédrico de ella, hablando no solamente de sus logros profesionales sino de los muchísimos y humanos errores que cometió profesionalmente. Es el homenaje justo a una persona que fue víctima de su época.
Ficha técnica:
Directores: Ángela Gallardo y César Vallejo de Castro
Ficha artística (testimonios):
Sonia Martínez (metraje de archivo)
Irene Martínez Mecha (hermana de Sonia)
Hugo Padilla Martínez (hijo de Sonia)
Valeria Vegas
Pepe Carabias
Chelo García Cortés
Charo Reina
Jorge San Román
Tino Torrubiano
Ángeles Caballero
Fernando Rodríguez
Fede Castaños
Rosa Montero
Nieves Herrero
José de Santiago