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jueves, 4 de septiembre de 2025

TELEVISIÓN DE PAGO: UN GIGANTE QUE DESPERTÓ

Con frecuencia, cuando hablamos de televisión de pago, nos ceñimos a las actuales plataformas y operadoras de cable (fibra óptica, telefonía móvil e internet). Según las estadísticas, el 81 por ciento de los españoles tiene televisión de pago. No obstante, la televisión de pago no es un invento tan reciente: nació hace cuarenta años. Siendo así, ¿por qué ha costado tanto tiempo que despegara?

En esos momentos no había ni siquiera cadenas de televisión privadas, y, aunque el auge de los videoclubs (establecimientos donde podías alquilar películas en formato físico que tenías que devolver en un plazo estipulado) era evidente, las personas de mediana edad experimentaron serios problemas para acercarse a esta nueva realidad tecnológica. Por aquél entonces, la tecnología audiovisual comenzó a evolucionar más de lo que lo había hecho en los treinta años anteriores, pero esta evolución (que no revolución) tecnológica fue demasiado tardía para ellos, por lo que no pudieron acostumbrarse (algo que, cuarenta años después, todavía les pasa). Esta incapacidad de adaptarse a los cambios tecnológicos hizo que les fuera imposible romper esa inercia de ver solamente lo que ponían en los canales en abierto, y verlo solamente cuando lo ponían. Los canales en abierto dejaban su ocio limitado, pero también simplificado, porque en las casas no empezó a haber más de un televisor hasta los años noventa, y en un vídeo vhs (sistema de vídeo que triunfó por precio, que no por calidad) no podían grabarse dos contenidos al mismo tiempo, ni ver uno mientras se estaba grabando otro.

La televisión de pago ni siquiera comenzó con las plataformas propiamente dicho. El primer experimento de televisión de pago en España fue Canal 10, y nació más o menos en 1985. No obstante, este experimento fue una chapuza. Este canal emitía en codificado desde Londres para los suscriptores que estaban en España, que podían recibirlo vía satélite previo pago de una cuota. El problema era que la tecnología de la televisión por satélite estaba en pañales, tanto así que el mal tiempo hacía imposible la recepción de la señal, lo que ocasionaba que, muchas veces, y pese a la atractiva oferta (un estreno de cine frecuente, audio en versión original y deportes en exclusiva) muchos suscriptores no abonasen sus cuotas y, sin haber cumplido un año, el Canal 10 presentase una suspensión de pagos.



Sin embargo, en 1990 se produjo un cambio gradual con la llegada de Canal Plus. Costaba al mes 21 de los actuales euros, y prometía un estreno de cine al día, conciertos en exclusiva y el fútbol de los domingos en exclusiva también, y, sorpresa: se podía ver en bares. Y, aun así, eran muy pocos los que tenían Canal Plus en sus hogares, tal vez por la posibilidad de ver los partidos en bares. Los particulares que tenían Canal Plus eran personas muy modernas o con una buena posición económica, aunque hay que decir que tenía parte de su programación en abierto (la programación de pago estaba codificada con el sistema Nagravisión, por ello los suscriptores tenían que tener un descodificador especial que permitía ver las emisiones codificadas teniendo insertada en el aparato una llave especial de plástico).





Tras la privatización de Telefónica por parte del gobierno del PP, el grupo PRISA, fundadores de Canal Plus, fundó (junto con el Grupo Zeta) una plataforma de televisión de pago llamada Canal Satélite Digital. No obstante, había un problema: PRISA era un grupo comunicacional liderado por personalidades próximas al PSOE, por lo que un grupo de empresas (entre las cuales estaban Televisa España, RTVE y la propia Telefónica, presidida por Juan Villalonga) de personas próximas al PP crearon otra plataforma. Esta plataforma fue Vía Digital, una plataforma que incluía, entre otros, canales de pago propiedad de RTVE. Y ocurrieron dos cosas. La primera de estas fue que la ley impedía que los entes públicos tuviesen canales de pago, por lo que Canal Nostalgia desapareció y Teledeporte (que también es de TVE) siguió emitiendo en abierto. La segunda fue que Jose María Álvarez Pallete (sucesor de Juan Villalonga rompió la alianza con el PP y fusionó Vía Digital con la competencia, creándose así Digital Plus.






Pese a haber fusionado Vía Digital con Canal Satélite Digital, Telefónica creó otra plataforma más de pago por visión: Imagenio. Todas estas plataformas tenían un problema: sus contenidos no se podían grabar para ver después, cosa que sí se podía hacer con los canales en abierto, dado que los vídeos vhs tenían sintonizador de televisión.

Sin embargo, todo esto cambió con la llegada de los grabadores de vídeo personal o PVR. Estos aparatos eran, en esencia, descodificadores de televisión que incluían un disco duro en el que se podían grabar y almacenar contenidos para verlos en el momento deseado, y con los cuales se podía controlar el directo. El más famoso de estos aparatos fue el Iplus, un descodificador con disco duro de 250 o 500 gb (según el modelo: lo fabricaban Thomson, Pace y CISCO), y que poseía conexión ethernet. Este aparato era solamente para abonados a Digital Plus que lo hubieran solicitado, y, conexión a ethernet mediante, prometía el novamás de los novamases*: acceso a YOMVI (o lo que es lo mismo, los contenidos de Digital Plus a la carta).







Haciendo un fulminante avance rápido hasta nuestros días podemos posicionarnos en las plataformas de streaming, donde los términos han cambiado parcialmente. No voy a glosar las bondades de estas plataformas porque son de todos conocidas, solo diré –para los menos diestros en tecnología- que las plataformas de streaming tienen una filosofía que se resume así: ve lo que quieras, como quieras, cuando quieras y donde quieras. Si bien esto es una realidad para casi todo el que no pase de 70 años, para la generación que tenía uso de razón cuando nació Televisión Española estas plataformas no son un terreno vedado, sino una selva intransitable que entraña todo tipo de riesgos y peligros, y para cuyo recorrido no tienen ni los objetos ni el calzado adecuado.

Dicho todo esto, os animamos a ver en Youtube cualquiera de los vídeos con anuncios sobre estas plataformas: bien que os alegraréis de recordar que ahora podéis disfrutar de los contenidos que hace décadas (en muchos casos) queríais disfrutar, pero no podíais.

*copyright: Salvador Aldeguer


Jose Tomás Agudo