Fundada en el 25 a. c. con el nombre de Emérita Augusta por el emperador Octavio para los soldados “eméritos” licenciados del ejército romano de dos legiones veteranas de las guerras cantabras: Legio V Alaudae y Legio X Gémina. Estos veteranos fueron instalados con los antiguos pobladores, pertenecientes a la tribu lusitana de Papiria, que gracias a este hecho consiguieron la ciudadanía romana.
Mapa de Hispania romana |
Su ubicación era perfecta, situada en el margen del río Guadiana y en la unión de varios caminos. Sus colinas, además de servir de defensa natural, eran el lugar ideal para la construcción de grandes edificios públicos (teatro y anfiteatro). La planificación de la ciudad con calles perpendiculares era perfecta, contribuyendo a que Emérita Augusta se convirtiera en una de las principales ciudades de todo el Imperio.
Mérida fue, además, la capital de la provincia hispánica de Lusitania; importantísimo centro jurídico, económico, administrativo y cultural y una de las poblaciones más florecientes en la era romana, llegando a contar con 50.000 habitantes (en la actualidad cuenta con 60.000). En épocas posteriores Mérida sufrió incursiones de pueblos bárbaros, hasta que los visigodos la hicieran capital provisional de todo su reino hasta su definitivo asentamiento en Toledo.
El conjunto arqueológico
El conjunto arqueológico emeritense es Patrimonio de la Humanidad desde diciembre de 1993 cuando fue declarado como tal por la UNESCO.
Anteriormente, la ciudad contaba con veinte monumentos nacionales; y por Decreto de 8 de febrero de 1973, en vísperas de conmemorarse su Bimilenario, Mérida fue declarada "Conjunto Histórico-Arqueológico", única que ostenta esa denominación en España.
En el año 15 a.c. Marco Agripa donó el teatro municipal como legado a la fundación de esta provincia y su capital. Para entonces ya se habían construido la muralla y el Foro municipal donde se hallan los templos de culto imperial: el de Diana y el de Marte.
Siete años más tarde se terminó de construir el anfiteatro, edificado junto al teatro. También se construyen el circo, los puentes sobre los ríos Barraecas y Anas (Guadiana), las cloacas, los acueductos, etc.
Hacia el año 50 se crea el nuevo Foro provincial, recinto porticado al que se accedería por el “arco de Trajano”
El teatro
Promovida por el cónsul Agripa, la construcción se produjo entre los años 16 y 15 a.c, según la fecha inscrita en el propio teatro.
El teatro ha sufrido varias remodelaciones: la más significativa se produjo a finales del siglo I o principios del II, en época del emperador Trajano, cuando se levantó la fachada actual y otra en época de Constantino, entre los años 330 y 340, cuando se construyeron varios elementos decorativos y una calzada alrededor.
Propiciado por la difusión del cristianismo (rechazando todo lo pagano), el teatro es abandonado y cubierto de arena, quedando solamente visible la parte superior del graderío.
Fue levantado siguiendo los tratados de Vitrubio, siendo un modelo típicamente romano. El diámetro de su cavea (parte donde se encuentra la gradería de un teatro o anfiteatro) es de unos 86 metros. Está compuesta por una gradería semicircular con capacidad para 6000 espectadores dividida en tres zonas: inma cavea (23 filas), media 5 filas y summa (parte alta, muy deteriorada al no quedar enterrada).
La orchestra, espacio semicircular pavimentado de mármoles donde se encontraban los asientos de las máximas autoridades que acudían a los espectáculos.
El escenario estaba compuesto por un proscenio rectangular (parte situada entre la escena y la orchestra), el escenario en sí y el frontal de la escena. Tiene 7,5 m de anchura 63 de longitud y 17, 5 de altura.
Formado por dos cuerpos de columnas de orden corintio con basamentos y cornisas de mármol; adornado con esculturas en los espacios entre columnas.
Un dato curioso es que el teatro no necesita micrófono para hablar porque su diseño amplifica el sonido.
El anfiteatro de Mérida
Era una construcción de mayor popularidad en su época que el propio teatro, fue inaugurado en el año 8 a. C. Este edificio estaba destinado a las luchas entre gladiadores, entre fieras o entre hombres y fieras, las denominadas venationes.
La arena disponía de una “fossa bestiaria” en el centro, que se cubría con madera y con arena. Esta fosa se utilizaba para albergar a los animales que más tarde se enfrentarían a los gladiadores.
Su diseño constaba de: un graderío con inma, media y summa cavea, y una arena central. Las gradas tenían una capacidad de acogida de aproximadamente unos 15.000 espectadores y disponía de escaleras -scalae- y pasillos que comunicaban las diferentes partes –cune.
La organización interna del Anfiteatro es semejante a la del Teatro. Los espectáculos tenían lugar en la arena, que tiene forma elíptica y está limitada por un zócalo de sillería de granito.
El circo de Mérida
Su construcción fue iniciada a principios del siglo I d. C. (año 20 d.c.) durante la época de Tiberio y era el mayor de los edificios de espectáculos de la ciudad, junto con el Anfiteatro.
Contaba con más de 400 m de longitud y 30 m de anchura, era el que gozaba de los favores de un público más dado a emociones fuertes que a cultas obras teatrales. Debido a sus grandes dimensiones se encontraba fuera del recinto amurallado, al lado de la calzada que unía Emérita con Corduba (Córdoba) y Toletum (Toledo). Es el único Circo de todo el Imperio Romano que conserva toda su planta, debido al excepcional hecho de que jamás se reutilizó el solar para construcciones posteriores, reaprovechándose la fábrica como acarreo de material, pero permaneciendo la planta como descampado.
Estaba concebido para dar cabida a unos 30.000 espectadores distribuidos en un graderío con la ya clásica división en cáveas marcada por las diferentes procedencias sociales de sus ocupantes.
Uno de los espectáculos favoritos eran las carreras de bigas (dos caballos) y cuadrigas (cuatro caballos). Los conductores de los carros llamados aurigas eran personajes muy populares entre la plebe, que llegaba a formar “hinchadas”, de uno u otro conductor.
El Templo de Diana
Es una de las múltiples construcciones de la Emerita-Augusta romana, actual Mérida.
Es la única construcción religiosa que se conserva en su sitio en Mérida. Data del final del S.I a.C. y es un edificio de gran tamaño, que, debido a su ubicación en el Foro Municipal, debió de ostentar gran lujo y decoración. Posiblemente el templo estuviese dedicado exclusivamente al culto del Emperador Augusto, no a Diana, como así lo indican las esculturas encontradas. Estos representan a miembros de la familia imperial, al mismo Emperador Divino y al Genio del Senado.
De planta rectangular, con un pórtico de seis columnas, encerradas de coronadas por capiteles corintios. Estaban pintadas con un color rojo mármol. Situado sobre una base de 3 m. de altura, se accedía a ella por unas escaleras hoy desaparecidas.
Mide 40,70 m. de largo y 22 m. de ancho.
Era el centro de un área sagrada que está rodeada por un muro de delimitación del espacio exterior de esta plaza.
Hay indicios de la existencia de un estanque y canales, que junto a los restos escultóricos, nos dan idea de la importancia religiosa del templo.
Toda la construcción esta fabricada con bloques de piedras de granito. Su fachada, orientada al foro, estaba coronada por un frontón de interior semicircular soportado por las seis columnas del pórtico.
En su interior está incorporado al Palacio del Conde de los Corbos, de estilo renacentista y cuyos restos pueden apreciarse aún en la sala interior del templo. En su construcción se emplearon principalmente materiales graníticos obtenidos del propio templo.
Casa del Mítreo
Casa del Mítreo |
La casa consta de tres patios de columnas alrededor de los cuales se sitúan las dependencias. Las habitaciones están decoradas con mosaicos y pinturas murales. El mosaico más importante es el llamado Cósmico: una representación de la concepción que tenían del Universo los romanos. La casa en general es de una gran belleza.
En una de las habitaciones del atrio de la Casa del Mitreo se encontró un mosaico de gran interés, el llamado Mosaico Cósmico. Se trata de una excepcional representación del Cosmos. Los componentes de la naturaleza aparecen personificados e identificados perfectamente con sus nombres latinos. En el centro, las Estaciones, la Naturaleza y la figura de Cronos, prácticamente perdida, que presidía el conjunto. En la zona inferior, los ríos y el Océano, entre otras figuras. Toda la representación ofrece un magnífico colorido. Las tonalidades azuladas logradas para representar la superficie marina del pavimento señalan un alto grado de maestría de su autor, buen conocedor, por otra parte, de concepciones filosóficas vigentes en su época.
(Fotografías provenientes de Fundación telefónica y Museo arqueológico de Mérida)
(Fotografías provenientes de Fundación telefónica y Museo arqueológico de Mérida)
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