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martes, 26 de marzo de 2013

La Mitología de Castilla


Introducción
  La mitología castellana tiene su origen o raíces en las montañas, habitadas por los celtas y mozárabes compartiendo conocimientos y costumbres.

  Por la extensión y diversidad del relieve (monte, montaña o llanura) del territorio castellano, una misma leyenda o ser mitológico tiene distintas interpretaciones o nombres en diversos lugares.

  Se suele decir que la literatura castellana no tiene elementos fantásticos o importantes; pero se contradice si se consultan las obras del siglo XVII, como por ejemplo el mismo Cervantes recoge toda clase de leyendas, mitos y fantasías propios del habla del pueblo, para la realización de sus obras; así como en los cuentos unidos a lugares geográficos donde la mayoría de los personajes (como la virgen, santos, viejas ó damas) donan tierras o castigan a los habitantes del pueblo.

Descripción de los seres

1.- El Duende Martiníco
  De los duendes castellanos, éste es el más importante, popular o extendido. Es de aspecto rechoncho, diablillo y estatura muy pequeña. Posee unos ojos muy brillantes, terroríficos, que despiden llamas y deja a las personas llenas de miedo.

  Tiene peligrosos y secretos poderes que utiliza para transformarse en animal. Suele tener las debilidad de aparecer con hábitos de fraile (cubierta la cabeza y parte del rostro con la capucha).
  
  Es muy inestable emocionalmente; generoso, solidario con los hombres y mujeres, a los que no duda en ayudar  en caso de necesidad ó les gasta las peores jugarretas (entre cuyas actividades están producir el desorden en las viviendas).


2.- Las Moras ó Encantas:

  Suelen ser bellas, de cabellos rubios, suaves y largos. Habitualmente se peinan mucho; y si te llegan a tocar con el peine quedas encantado.

  Se las relaciona siempre con lugares lúgubres, oscuros (cuevas) y acuáticos (pozos, ríos…).    
  Suelen aparecerse en las noches de San Juan, junto a una fuente, vestida con un camisón de raso azul y el peine de oro que utilizan. Pero si algún curioso se acerca demasiado, ella desaparece.

  Los hombres que las miran a los ojos, no pueden evitar ser muy atraídos por ellas.

  En el pueblo vecino de Villamanrique se conserva la leyenda que sobre las “Encantas” hay una maldición, enamoradas de un cristiano infiel y de un tesoro oculto. Si alguna mujer del pueblo pasaba por tal lugar (aún con el pensamiento) no se casaba.
 3.- El Bú:

  Es un gigantesco Búho, de color negro y grandes alas. Posee unos ojos muy grandes, rojos y que paralizan de terror a sus víctimas. Su pico es afilado como cuchillas y sus garras son como trampas de lobo, de donde es imposible huir (muriendo la persona a quien cogía). Se le suele mencionar en distintos cantares castellanos.

  Entraba por las ventanas de las casas del pueblo, para que, a los niños que no querían dormir se los llevaba a su escondrijo (que normalmente eran oscuras grutas, en encinas). Por lo cual, en noches cerradas, las madres y abuelas abrían las ventanas de las habitaciones y llamaban al “Bú” para que viniera a por esos niños desobedientes.

  Actualmente, en la realidad, en la provincia de Ciudad Real se encuentran las “Peñas del Bú” y la “Laguna del Bú”; y en una zona boscosa podemos encontrar el “Cerro del Bú” y la “Umbría del Bú”.

4.- El Oricuerno:
  El Oricuerno es en la mitología castellana la representación del Unicornio (que se encuentra en muchas otras culturas).

  Es como un caballo blanco, con patas de gamo y cola de león, cabeza púrpura, ojos azules, cuerno largo y retorcido en medio de la frente y una alitas encima de las pezuñas.

  Es un animal muy feroz, que solo se dejaba amansar por una doncella virgen que le ofreciera su pecho descubierto.

  Dice la leyenda, que con su cuerno puede salvarse de todo veneno que le ataque. Así mismo, este ser, posee el poder de convertir a las mujeres en hombres, corregir la impotencia sexual y curar a personas envenenadas. Con éste cuerno, se hacían cruces, bendiciones sobre las aguas de algún río que hubiera sido envenenado por seres malignos.


5.- El Ojanco:
  Aparece en los cuentos castellanos y relatos populares como: un gigante u ogro, parecido a un simio, de un solo ojo, que le ocupaba casi toda la frente y en la cual tiene dos cuernos; ademas posee barbas muy ásperas (como cerdas de jabalí) que le llegaban hasta las rodillas y le tapaban su cuerpo desnudo. Su particularidad es que tiene dos filas de dientes. Era ágil como las águilas y de extremada fuerza.

  Habitan en las montañas, cuevas, posadas o castillos. Suelen poseer rebaños o un ejercito a quien le sirven (de forma coaccionada). Le gusta la carne humana.

  Se habla de éste ser en: leyendas como en “San Martín de los Herreros” (Palencia); cuentos populares castellanos (1946); y en relatos de escritores eruditos (1617).


6.- La Mano Negra:
  Es una mano humana, separada del cuerpo, negra, de aspecto horroroso y tamaño gigante, de comportamiento diabólico, pues ataca de forma muy agresiva.

  Suele habitar en zonas acuáticas, oscuras y peligrosas, (como charcas); pues siempre está al acecho para arrastrar a los niños a su madriguera.

  Sus actos mas frecuentes son: Desordenar los útiles domésticos y de labranza, pues su perversa satisfacción es liarlo todo lo que ve a su paso; agarrar por el cuello y pecho a las personas, para producir pesadillas mientras éstas duermen, están distraídas u orinando (los hombres). Si toca el hombro a un humano, y al girarse éste el rostro para ver quien es, la mano negra suele arrancar los ojos al ingenuo.


7.- El Tragaldabas:
  Se le representa como un monstruo u ogro grande, de boca enorme y gran barriga, con un apetito insaciable… de ahí su nombre al tragar de una vez y sin masticar.

  Su estomago es blando, está mal hecho y es de carácter diabólico, pues es capaz de tragar hasta un ejercito entero.

  Se le utiliza como “asusta niños”, si no quieren dormir por la noche (que es común en otras regiones de España como el “Papon” asturiano).

  En diferentes fiestas municipales, existe la costumbre de montar una especie de “atracción” de cartón 
piedra, llamada “tío Tragaldabas”; en la que los niños pueden subir, penetrar por la enorme boca y tirarse por el tobogán para salir por detrás del ogro.









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