Introducción
Los museos son, en la práctica, uno de los mejores métodos para salvaguardar nuestra cultura y nuestro patrimonio artístico, así como para salvaguardar el conocimiento en general. Una buena prueba de esto lo representan los contenidos expuestos en el Museo de Ciencias Naturales en Madrid, dado que refleja la historia de las ciencias naturales en España.
El Museo fue
creado por el rey Carlos III a finales del siglo XXVIII, a partir de las
colecciones de historia natural del comerciante ecuatoriano Pedro Dávila, quien
vivía en París y era miembro de famosas sociedades científicas, y que sería el
primer director que este museo ha tenido.
Pedro Franco Dávila
Este museo
recibió numerosas donaciones de Carlos III, tales como un elefante indio, un
oso hormiguero, piezas, cristales tallados y otros objetos heredados de su
abuelo, el Gran Delfín de Francia. Con anterioridad se creó otro gabinete
conocido como la Real Casa de la Geografía, dirigido por Antonio de Ulloa, pero
no funcionó por cuestiones políticas.
El Museo ha pasado por numerosas crisis desde su creación. La primera fue en 1824, cuando el Tesoro Público contrajo con el museo una deuda de 50.069 reales, situación que afectó a todos los aspectos del museo.
En 1910
comenzó la etapa de Ignacio Bolívar y Urrutia como director del museo. Este
biólogo madrileño fue uno de los más famosos de su época, y un firme defensor
de la investigación científica y de que el conocimiento en general se
actualizase. Bolívar llegó a ser tan prestigioso como el doctor Santiago Ramón
y Cajal.
Ignacio Bolívar y Urrutia
En 1939 desapareció la Junta para la Ampliación de Estudios, y todos los centros que pertenecían a esta entidad (incluido el museo de ciencias naturales) pasaron a depender del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que acababa de inaugurarse. El museo, entonces, fue dividido en tres grupos: el instituto de geología, el instituto de entomología y el de zoología.
Curiosidades sobre el edificio
Las obras que dieron lugar al edificio en el que se ubica el museo (el edificio del Palacio de las Artes y la Industria) comenzó a construirse en 1881, terminando las obras seis años más tarde. Los arquitectos fueron Fernando de la Torriente y Emilio Boix y Merino, quien después de que falleciese de la Torriente continuó las obras hasta que el edificio quedó terminado. Para su construcción se usó hierro y vidrio, siendo este Palacio uno de los primeros en tener dichos materiales. La primera sede del museo de ciencias naturales estuvo ubicada en el Palacio de Goyeneche, en la calle Alcalá número 13. La segunda fue el edificio que hoy alberga la Biblioteca Nacional. El primer traslado se debió a que el Ministerio de Hacienda necesitaba el Palacio de Goyeneche, con lo cual fue un desahucio. La alternativa al cambio de sede eran los bajos del citado edificio, pero estos no poseían las condiciones adecuadas para albergar el museo. El segundo traslado se llevó a cabo por necesidad de un mayor espacio.
El edificio actual se construyó porque, en esa época, Madrid no tenía ningún lugar adecuado para celebrar exposiciones, de modo que durante la Exposición Nacional de la Industria y Artes para convocar un concurso a fin de construir un palacio que albergase dichos eventos, y se optó por unos terrenos que se corresponden con lo que es el norte del madrileño Paseo de la Castellana. Alberga la sede del museo y de la Escuela Superior Técnica de Ingenieros Industriales desde comienzos del pasado siglo XX.
Las obras para adaptar el Museo de Ciencias Naturales tuvieron lugar entre 1909 y 1910. Durante un tiempo, junto con el Museo de Ciencias Naturales y la Eacuela de Ingenieros, convivieron el Museo del Traje, un cuartel de la Guardia Civil y el instituto “Torres Quevedo”.
El Palacio
de Exposiciones se ha configurado para ser un edificio rodeado de jardines,
idea que prosperó por muy poco tiempo debido a que se han ido construyendo
edificios a su alrededor. Pese a este, el Museo ha apoyado la realización de un
Jardín Mediterráneo con plantas de esta región, muchas de las cuales ya se
encuentran también en Madrid.
El edificio
del MNCN ha sufrido además una remodelación que ha ampliado su capacidad
expositiva, aunque no haya aumentado su superficie. Además de albergar
exposiciones, el museo alquila sus instalaciones para conferencias, cursos y
celebraciones privadas. Además de las salas existentes en el edificio de
Geología y las del edificio de Biología se pueden alquilar la sala de juntas y
el salón de actos.
Animales. Obras de arte sin vida
(Contenidos)
El proceso
de taxidermia de los animales ha ido cambiando a lo largo del tiempo.
Inicialmente se enviaban órdenes a las colonias españolas para que estas
reuniesen piezas y ejemplares con las que engordar las colecciones, aunque
también se compraba o intercambiaba material con otros museos.
La gran mayoría de los animales expuestos en el museo fueron cazados, es decir, recolectados por científicos y otras personas en expediciones. Muy pocos de los animales expuestos en el museo han muerto por muerte natural.
Los métodos de conservación y restauración de las piezas dependen del grupo al que pertenezcan. Por ejemplo, los insectos y otros invertebrados pueden conservarse en seco o en fluido (etanol al 70%), mientras que los peces, anfibios y reptiles se conservan solamente en fluido. Por el contrario, los mamíferos y las aves se suelen conservar en seco.
Los animales
vertebrados como mamíferos y aves son disecados. Los primeros animales que se
disecaron mostraban actitudes poco naturales, pero esta tendencia fue
invirtiéndose con el tiempo.
Los animales
más antiguos que el museo tiene expuestos proceden del gabinete de Pedro Franco
Dávila. Las últimas incorporaciones del museo son el célebre oso panda Chulín,
y su madre.
El museo no exhibe, sin embargo, todas las piezas que posee. Las que tienen un valor económico más fuerte se guardan en la caja fuerte de un banco, pero las obras no expuestas solamente comprenden entre el 1 y el 5% del patrimonio del museo.
La mayoría
de los animales expuestos proceden de la Península Ibérica. No obstante, esto
no es óbice para que tengan ejemplares de Filipinas, Guinea Ecuatorial, América
Latina y Norte de África.
En el MNCN se encuentra una de las especies más exóticas de nuestro, planeta, un lémur endémico de Madagascar. Ese ejemplar tiene grandes dientes incisivos, y el tercer dedo de sus manos es muy largo y delgado, y se mueve con absoluta independencia de los otros.
Un Museo Infinito (Actualidad)
Aunque desde 2003 no se preparan animales por
falta de espacio y de personal especializado, el museo tuvo su propio
laboratorio de taxidermia hace ya mucho tiempo. De entre los taxidermistas cuya
obra puede admirarse en el museo, los más destacados son los hermanos Luis y
Jose María Benedito.
Los hermanos Benedito en plena disecación
Este museo, que pese a sus muchos méritos no posee todavía ningún galardón, da trabajo a unas 270 personas entre los distintos departamentos (colecciones, exposiciones, seguridad, vigilancia, limpieza, etc). Admite un aforo de más o menos 100 personas, 700 en el edificio de Zoología y 300 en el de Geología.
Si bien esta
institución no ha recibido ningún galardón per se, algunas personas o
departamentos que forman parte de la misma sí que lo han recibido. Pese a ser
un museo, posee una biblioteca en la que podemos hallar más o menos 70.000
libros y 4.300 revistas científicas.
En el MNCN se celebra la Semana de la Ciencia. Se trata de un evento científico que tiene lugar en toda Europa, y con el que se acerca la ciencia a la sociedad mediante el desarrollo de diversas actividades como talleres, teatro y conferencias. La programación de esa semana está adaptada a todos los públicos, desde grupos escolares hasta familias, y ofrece actividades adaptadas a personas con discapacidad intelectual, auditiva y visual, así como actividades adaptadas a personas con enfermedades neurodegenerativas.
El MNCN
colabora (junto con otras instituciones) con el Ayuntamiento de Madrid para dar
a conocer su historia y sus tesoros dentro del programa cultural “Madrid, Otra
Mirada”. Ello queda motivado por el hecho de que el museo está interesado en
colaborar en actividades que acerquen su patrimonio cultural al público.
Si bien en
estos momentos se desconoce de qué país procede quienes visitan el museo, está
previsto que el año que viene se realice un estudio donde, a modo de
curiosidad, vendrán estos datos. De momento, lo único que se sabe al respecto
es que lo visitan más de 300.000 personas cada año.
A diferencia
de otros museos, este no cuenta con mecenas millonarios como sucede a veces. No
obstante, han sido muchos los organismos y las personas que han contribuido a
financiar algunas exposiciones, catálogos y publicaciones. Y también hay
personas que han donado especímenes y colecciones completas.
Si bien es
un museo de mucho interés para los niños y las familias, no tiene la misma
suerte con el público adulto. Respecto a este público se encuentra a gran
distancia de museos de arte como el Prado o el Thyssen-Bornemisza.
Como buen
museo, este ha albergado en alguna ocasión rodajes de ficciones audiovisuales.
Concretamente, en este se rodaron el musical “Acompáñame” (protagonizado por
Rocío Dúrcal) y la famosa serie “Cuéntame Cómo Pasó”.
Un Mundo Oculto en el Museo
Según
algunos vigilantes del museo, ha habido en el mismo algunos sucesos extraños
que les han causado temor. En cualquier caso, todos estos sucesos han pasado de
madrugada, justamente cuando los vigilantes hacían la ronda. Uno de ellos
sintió ruidos extraños de sillas al pasar por debajo de la sala de meteoritos.
Cuando subió a la sala para comprobar si había alguien no vio absolutamente a
nadie, pero según él las sillas estaban movidas. Según otro vigilante al pasar
por debajo del esqueleto de una niña de Homo Sapiens sintió unas risas de
niños, y subió asustado para comprobar que no había nadie.
Si bien
existen presumiblemente obras de mucho valor económico, no se sabe con certeza
cuál es la de mayor valor en este sentido. Aun habiendo material comprado, la
mayoría de las piezas corresponden a una determinada época histórica, y además
el interés del museo es puramente científico, no es monetario. Esta es la razón
por la cual no se puede determinar el valor económico de las obras que el museo
tiene expuestas.
No obstante,
pese a lo expuesto en el párrafo anterior, el museo ha sufrido varios expolios.
El primero de estos fue en 1813, cuando las tropas de Napoleón lo saquearon con
la colaboración del entonces director del mismo, el francés Pascal Moineau. Un
año más tarde este disecador volvió al museo, y aunque se reclamó al Gobierno
francés todo lo robado, no todo lo sustraído fue devuelto. Otro robo importante
tuvo lugar en los años ochenta del pasado siglo XX, cuando fueron robados
manuscritos, libros antiguos y dibujos. Gracias a la labor del paleontólogo
Emiliano Aguirre (entonces director del museo) se recuperaron libros impresos
antes del año 1500 y miles de láminas de la colección iconográfica Van Berkhey.
Curiosidades
El museo no
solamente expone animales disecados. Por ejemplo, una de las obras de arte que
expone es una fotografía de una expedición al pacífico. Se trata de una
fotografía muy antigua tomada en una de las primeras expediciones científicas a
las que se llevó una cámara de fotos.
Las mejores piezas de animales que posee el museo fueron realizadas por los hermanos Benedito. Luis hizo los mamíferos y Jose María las aves, algunas de las cuáles han quedado dotadas de un gran realismo. Para esto último, dichos hermanos se desplazaban al campo y observaban los movimientos de los animales, pues era una de sus metas que sus obras quedasen naturales. Esta se obtiene mediante una técnica consistente en hacer esculturas que contengan todos los músculos del animal. Esta técnica se conoce como “dermoplastia”. En estas obras suelen ser más grandes los machos que las hembras. El primer ejemplar hecho por dermoplastia data de 1912. Luis Benedito se trasladó a Alemania con un taxidermista alemán, Max Tenner, que conocía la técnica y la aprendió.
Existen en
el Museo ejemplares de rebecos. Esta especie eran considerados alimañas, y
había gente que pagaba por que se acabase con estos, y los hermanos Benedito y
el entonces director del museo se opusieron y quisieron conocerlo, para así
concienciar al público de que eran animales bellos a los que había que
respetar.
Existe en el
Museo un pez anterior a 1784, un pez luna. Se sabe que data de esa época porque
apareció dibujado en un libro de un taxidermista del museo que se publicó en
1784. Este pez puede llegar a pesar 200 kilos.
En la
actualidad existen ocho exposiciones: biodiversidad, minerales, fósiles y
evolución humana, fauna del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama,
Mediterráneo, naturaleza y civilización, el Real Gabinete de Historia Natural,
La Expedición al Pacífico, (1862-1866), el Jardín Educativo del Bosque
Mediterráneo y Jardín de Piedras.
EL MSNCN es
un instituto del Centro Superior de Investigaciones Científicas que cuenta con
seis departamentos de investigación: Biodiversidad y Biología Evolutiva,
Biogeografía y Cambio Global, Biogeoquímica y Ecología Microbiana, Ecología
Evolutiva, Geología y Paleobiología.
En mayo de 2013 se inauguró el Museo de Ciencias Naturales Los Yébenes (Toledo), en el cual se exponen valiosas colecciones del MNCN a fin de divulgar el conocimiento científico entre la población castellano-manchega. Otras instituciones con las que el museo colabora son el Museo de la Naturaleza de Cantabria (en Carrejo), el Museo de la Biodiversidad de Ibi (Alicante) y el Parque de las Ciencias de Granada.
En 1988 se
fundó una sociedad conocida como “Sociedad de Amigos del Museo”. Su meta es
acercar el museo al público e incentivar el interés por la historia de la
naturaleza. Para lograr tal fin desarrollan actividades como conferencias,
cursos, visitas guiadas y excursiones. Asimismo, patrocinan exposiciones,
catálogos y publicaciones, y propicia que el museo y el público interactúen
entre sí.
El Museo publica una revista llamada “Naturalmente”, una revista electrónica que comenzó a publicarse en marzo de 2014. En esta hay información escrita sobre investigaciones, colecciones, exposiciones y actividades del MNCN.
SaBer y Ocio agradece al personal del Museo Nacional de Ciencias Naturales el esfuerzo que hicieron para poder atendernos, ya que, sin su colaboración y generosidad, este artículo no hubiese sido posible.
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